viernes, 3 de septiembre de 2021

5°H 1 Texto sobre algunos aspectos del período colonial

 Fragmento de “Historia Económica del Uruguay” de Millot y Bertino


Da unidad a este lapso de siglo y medio, cierta homogeneidad en el comportamiento en la economía. El período se caracteriza por la conquista-colonización del territorio: su poblamiento, el apoderamiento de la tierra y del ganado, la lenta constitución de una estructura de propiedad y tenencia y la conformación de determinado medio de producción. Podemos distinguir fundamentalmente dos: la vaquería y la estancia de rodeo, esta última asociada al saladero. El pasaje de uno a otro supone un cambio en el desarrollo de las fuerzas productivas y relaciones de producción, más que en la calidad de las fuerzas productivas utilizadas y en el producto. 



En toda América Latina se da un predominio del capital comercial, aún después de la Independencia. Montevideo y su comercio se expanden con el Reglamento de Libre Comercio de 1788 y otros privilegios que le concede la Corona, en el marco del régimen de monopolio [entre las metrópolis y sus colonias, propio del mercantilismo]. 

La, Independencia que consolida la libertad de comercio, no modificó sustancialmente la base material ni el predominio del capital comercial, como tampoco modificó sustancialmente la relación con el sistema creado en torno a los centros que emergían de la Revolución Industrial (Inglaterra y Francia) 

Junto al libre comercio, la Revolución supone nuevas formas de inserción en la economía de la Cuenca, la abolición del régimen de castas  y el comienzo de la abolición de la esclavitud que se dará efectivamente en un largo proceso y la aparición de la guerra como un fenómeno que va a tener un papel fundamental en el comportamiento de la producción material y del comercio. 

A partir de 1828, si se quiere 1825, una estructura estatal debió ser creada. Vale decir que a partir de la Independencia debemos tener en cuenta otro elemento: el Estado, en su comportamiento económico y su política. 

El surgimiento del Estado, la inmigración europea, que al fin y al cabo no es otra cosa que una tercera oleada de europeos que penetran en la zona y la aparición en 1852-60 de estructuras financieras más desarrolladas, son los fenómenos de importancia que se agregan al período Independiente.


En el período 1680-1828, el territorio Oriental estuvo plenamente integrado a la Cuenca del Río de la Plata, de cuya economía constituye una parte indiferenciada del Litoral Argentino y de los territorios de los que, a partir del Tratado de San Ildefonso, se apoderó Portugal.

Esta unidad llevaba dentro de sí dos contradicciones principales: la oposición al centralismo de Buenos Aires y la disputa secular con el Imperio Portugués. 

Artigas -fundador de la nacionalidad oriental y del partido federal-, expresa a la vez esa unidad y esas fuerzas disruptivas que en su racionalidad lo conducen a la ruptura y al exilio.

Si quiere, el patriciado todo, en sus vaivenes y resquebrajamientos las expresa, hasta que finalmente, entre el centralismo porteño y la Cisplatina, aceptó construir un Estado para sí, sobre las poco sólidas pero suficientes bases que le ofrecían la economía y la sociedad “uruguayas”. Se trataba de un aspecto más del proceso de disgregación del Imperio Colonial Español. 


A fines del siglo XVII, la Banda Oriental del río Uruguay era un territorio no conquistado por los europeos. El poblamiento del sur de Brasil había llegado  sólo a Santa Catalina y audazmente los portugueses habían fundado, a gran distancia hacia el sur, la siempre insegura Colonia del Sacramento, avanzada del poder y del contrabando lusitano e inglés.


Pero, habían espacios que no controlaban ni el Imperio Español ni el Portugués. Recién en 1737 se funda Río Grande de San Pedro y en 1738 lo que sería luego Porto Alegre. En 1761 se crea la Capitanía de Río Grande de San Pedro. 


Los españoles en Buenos Aires, se unían a Asunción y a las Misiones por el río Paraná y a las regiones nucleares del Imperio y a la periferia que las abastecía (“el Interior”) por un comercio de larga distancia, por inseguras rutas que atravesaban territorios poco controlados. El comercio interregional, permitía drenar hacia Buenas Aires parte del metal alto-peruano, que posibilitaba el comercio de esclavos, mercancías europeas y algunos productos tropicales para toda la región hasta Potosí. En el Litoral (incluída la Banda Oriental y Buenos Aires) el asedio indígena era real.


Expansión del Siglo XVIII


 El siglo XVIII fue para Europa, una época de dificultades. España pudo superarlas y expandirse gracias a la adquisición de territorios en Oriente y la valorización del frente Atlántico de América. 

Un aspecto importante, fue la conquista-colonización del Río Grande, la Banda Oriental y el Entre Ríos, en un proceso que requirió la lucha y sometimiento de las poblaciones nativas, con un mestizaje luego infravalorado y fue colonización porque fueron españoles, portugueses y mestizos de otros lugares quienes establecieron las primera unidades productivas y se expandieron.

Entre las causas de este proceso figuran la inversión de la curva demográfica en la América Española, el descubrimiento de minas de oro en Minas Gerais (que trasladó el eje del Imperio Portugués al centro de Brasil, el incremento de la demanda de productos ganaderos (cuero) y la remodelación que los Borbones intentaron del Imperio Español y sobre todo, de su sistema de comercio.



MILLOT, J; BERTINO, M. Historia económica del Uruguay. Tomo I: Desde los orígenes hasta 1860. Editorial FCU, Montevideo, Uruguay, 1991. pp 12-16


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