jueves, 26 de agosto de 2021

Justificaciones para el Imperialismo

  La expansión como salida de la crisis social


Estaba ayer en el East End (barrio obrero de Londres) y asistí a una reunión de parados. Escuché fuertes discusiones. No se oía más que un grito: "pan, pan". Al revivir toda la escena cuando regresé a mi casa, me sentí todavía más convencido de la importancia del imperialismo (...). La idea que más querida me es, es la solución del problema social, a saber: para salvar a los cuarenta millones de habitantes del Reino Unido de una mortífera guerra civil, nosotros, los colonizadores, debemos conquistar nuevas tierras para instalar en ellas el excedente de nuestra población y encontrar nuevas salidas a los productos de nuestras fábricas y nuestras minas. El imperio, lo he dicho siempre, es una cuestión de estómago. Si queréis evitar la guerra civil tenéis que convertiros en imperialistas. 


Cecil Rhodes, 1895


 La colonización como demostración de superioridad


"La colonización es la fuerza expansiva de un pueblo, es su potencia de reproducción, es su dilatación y su multiplicación a través del espacio, es la sumisión del universo o de una gran porte de él, a su lengua, a sus costumbres, a sus ideas y a sus leyes. Un pueblo que coloniza es un pueblo que pone los cimientos de su grandeza y de su supremacía futura (...). Desde el punto de vista moral e intelectual, este crecimiento del número de las fuerzas y de las inteligencias humanas modifica y diversifica la producción intelectual. ¿Quién puede negar que la literatura, las artes y las ciencias de una raza determinada al ser amplificados, adquieren un impulso que no se encuentra entre los pueblos de una naturaleza más pasiva y sedentaria?


Desde cualquier punto de vista que se adopte, sea que nos contentemos con la consideración de la prosperidad, de la autoridad y de la influencia política, sea que nos elevemos a la contemplación de la grandeza intelectual, he aquí el enunciado de una verdad indiscutible: el pueblo que coloniza más es el primer y mejor pueblo, y sin no lo es hoy, lo será mañana."


P. Leroy-Beaulieu, La colonización en los tiempos modernos, 1874.


Civilización versus barbarie


La tarea que los agentes del Estado han de cumplir en el Congo es noble y elevada. Está bajo su incumbencia la civilización del África Ecuatorial.


Cara a cara con el barbarismo primitivo, luchando contra costumbres, de miles de años de antigüedad, su deber es modificar gradualmente esas costumbres. Han de poner a la población bajo nuestras leyes, la más urgente de las cuales es, sin duda, la del trabajo.


En los países no civilizados, es necesario, creo yo, una firme autoridad para acostumbrar a los nativos a las prácticas que son totalmente contrarias a sus hábitos. Para ello es necesario ser al mismo tiempo firme y paternal."


Carta del rey Leopoldo II de Bélgica a los Agentes del Estado del Congo. Junio de 1897.


La “inferioridad racial” como justificación


“El negro salvaje y bárbaro es capaz de todas las estupideces y desgraciadamente, Dios sabe el porqué, parece estar condenado en su país de origen a la salvajería y a la barbarie para siempre. Con tres semanas de trabajo tiene para garantizar su provisión de arroz, maíz, etc. Si trabajara seis meses, haría de su patria un paraíso. Pero cualquier idea de progreso y de moral no le permite darse cuenta del valor incalculable, del infinito poder del trabajo y sus leyes son sus pasiones brutales, sus apetencias feroces, los caprichos de su imaginación perturbada. El indígena vive al día, a la aventura, indiferente al mañana. Su gusto poco delicado le permite adaptarse a los que le ofrece el azar."


A. Dubarry. Viaje a Dahomey. 1879.

No hay comentarios: