Los primeros movimientos negros norteamericanos se organizaron a partir de la Primera Guerra Mundial y se clasificaron en dos grupos: los legalistas o “gradualistas” y los movimientos separatistas.
· Los legalistas o “gradualistas”. La entidad de alcance nacional más antigua en la lucha contra la segregación racial fue la NAACP (Asociación Nacional para el Mejoramiento de la Gente de Color). La componían blancos liberales, negros pertenecientes a las capas privilegiadas y todas las personas dispuestas a luchar contra las injusticias sociales. Proponía el empleo de la no violencia, y sus ámbitos de acción fueron el legal, el legislativo y el educativo.
A ese grupo se sumó, en 1957 la SCLS (Conferencia del Sur de Líderes Cristianos) que, sostenía que la fe evangélica e inspirada en la filosofía de Gandhi, impulsaba métodos pacíficos de resistencia al racismo y a las leyes segregacionistas. En ambos movimientos participó Martin Luther King.
Las manifestaciones de protesta, los sit-ins (sentadas) y boycotts (bloqueos), contra los comerciantes o líneas de ómnibus que maltrataban a los negros, fueron algunas de las acciones de estos grupos integracionistas. En Carolina del Norte, cuatro estudiantes negros entraron en un restaurante reservado para blancos y pidieron ser servidos. Ante la negativa, abrieron sus libros y permanecieron sentados, lo que obligo al dueño al cierre del local. Esta actitud del propietario llevo a que en los días siguientes, grupos de manifestantes se ubicaran frente al comercio, denunciando el hecho y protestando contra la discriminación
· Los movimientos separatistas. Las medidas antisegregacionistas tomadas por los gobiernos de Kennedy y Johnson carecieron de eficacia en muchas zonas del país.
Asimismo, los ataques de los racistas blancos fueron cada vez más violentos y generalizados: el 1963 cuatro niñas negras murieron en Birmingham como consecuencia de un atentado a un local religioso, mientras el grupo ultrarracista Ku Klux Klan continuaba con sus programas terroristas.
La impaciencia de algunos sectores se la población negra se acrecentó; comenzaron a defender los valores de “la negritud” y a reivindicar un nacionalismo negro que no aceptaba la integración al mundo blanco.
Proclamaron el “poder negro” en las regiones y territorios donde eran mayoría y propusieron la violencia como arma contra el racismo.
Entre sus máximos líderes se encontraban Malcolm X y Stokely Carmichael.
CORRAL, P. et. alt. (1999): “Historia IV. El Mundo Actual”. Santillana, Montevideo, p. 83
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